En mi trabajo llevamos unos días comentando diferentes acciones que podemos hacer en nuestro día a día para mejorar nuestra eficiencia energética.
La verdad que España no es que sea un dechado de virtudes, y cada vez me doy más cuenta por la proliferación de las unidades de aire acondicionado que hay, pero el despilfarro que se ve en este país es bastante asombroso.
Desde el metro en el que te congelas en verano o te asas en invierno, a la oficina (y eso que son mas cautelosos - pero esta claro que la gente está acostumbrada a otros estandares), hasta el primer día que me monté en un avión hacía este país, me di cuenta que el uso de la energía era muy diferente al de Europa.
Los que me conocen de mi último trabajo saben de sobra que no soy nada friolero, y sin embargo en mis viajes en avión tengo que ponerme manta (en pleno Agosto!) y chaqueta en verano en la oficina.
Aparte de ver a mis compañeros de trabajo todos los días calentar comida precocinada, que genera muchos mas residuos que cocinarte tu propia comida, es mas sano, y sobre todo más barato.
Lo que asusta de estas costumbres energéticas es verlas reflejadas cada vez más en mi propio país, y darse cuenta asustado que en algunas tiendas ponen el aire acondicionado a toda pastilla.
Hay mucha gente que incluso me ha dicho que está por probar que estemos provocando un cambio climático. Digamos que para mi humilde entender, este sería el problema más extremo al que nos podríamos enfrentar pero hay otros que la gente no se para pensar: los recursos son limitados y nos estamos encontrando en una fase previa de crisis energética. Si no la resolvemos pronto y encontramos una alternativa al petróleo, preveo un siglo XXI lleno de guerras por el oro negro.
Como no podemos esperar a que los politicos hagan algo al respecto, tenemos que empezar por nosotros mismos, y por los que tenemos a nuestro lado...
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